Un juez de control de garantías impuso medida de aseguramiento en centro carcelario contra Gustavo Adolfo Pretel Morales, un taxista de 30 años señalado como presunto responsable de agredir sexualmente a dos usuarias en Cartagena.
La decisión judicial se tomó tras la presentación de pruebas por parte de una fiscal del Centro de Atención Integral a Víctimas de Abusos Sexuales (Caivas), quien imputó al conductor los delitos de acceso carnal violento, actos sexuales violentos y hurto, cargos que el procesado no aceptó durante las audiencias preliminares.
La investigación determinó que el modus operandi del implicado consistía en aprovechar la confianza de las pasajeras para desviarse del trayecto acordado. Según las pesquisas del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), los hechos ocurrieron en dos fechas distintas, el 2 de septiembre y el 5 de octubre pasados.
En ambos casos, las víctimas, dos mujeres de 31 y 21 años, solicitaron el servicio de transporte en horas de la tarde sin sospechar que el conductor modificaría la ruta hacia sectores solitarios colindantes con el barrio Country y la Terminal de Transporte de la capital de Bolívar.
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Los investigadores establecieron que Pretel Morales utilizaba un arma cortopunzante para someter a las mujeres, mientras estas se encontraban en el asiento trasero del vehículo.
El hombre se valía de los vidrios polarizados del automotor para ocultar sus acciones del exterior, lo que le facilitaba no solo despojar a las víctimas de sus objetos de valor, sino también cometer los abusos sexuales.
Esta serie de agresiones culminó con su captura el pasado 3 de diciembre, materializada por servidores del CTI en la vía pública del sector de Los Ejecutivos.
Un panorama nacional alarmante
La judicialización de este caso en Cartagena encendió las alarmas sobre la seguridad de las mujeres en el transporte público de Colombia. Organismos como el Instituto Nacional de Medicina Legal reportaron un comportamiento preocupante en las cifras de violencia sexual en el país durante el último año.
Informes forenses preliminares de 2024 y 2025 indicaron que una parte significativa de las agresiones contra la mujer ocurren en espacios de acceso público o durante desplazamientos, lo que obligó a las autoridades locales a reforzar estrategias de vigilancia.
En ciudades como Bogotá y Cartagena, las denuncias por acoso y abuso en sistemas de transporte y taxis impulsaron la creación de protocolos específicos. La estrategia “Ella se mueve segura”, implementada en varios sistemas de transporte masivo, buscó mitigar estos riesgos mediante la capacitación de conductores y la instalación de botones de pánico.
Sin embargo, colectivos feministas y organizaciones como Sisma Mujer advirtieron reiteradamente que la percepción de inseguridad para las usuarias sigue siendo alta.
Las cifras distritales en la capital del país, que a menudo sirven de termómetro nacional, mostraron que en el primer semestre de 2025 se recibieron más de 6.000 reportes de alertas por violencia sexual en diversos contextos, un aumento que las autoridades atribuyeron a una mayor cultura de la denuncia, pero que evidenció la persistencia del delito.
En Cartagena, aunque la administración local reportó una leve disminución en los casos globales de violencia sexual en 2024 respecto al año anterior, episodios como el del taxista Pretel Morales demostraron que el transporte individual tipo taxi continúa siendo un escenario de riesgo crítico que requiere mayor regulación y control sobre quiénes están al volante.
De Colprensa


