La violencia no da tregua en el sector Ricaurte del barrio Olaya Herrera, donde los habitantes denuncian robos, amenazas y ataques constantes por parte de un grupo de jóvenes identificados por la Policía Nacional. Pese a las múltiples quejas, la comunidad asegura que ni el refuerzo de cien uniformados anunciado por las autoridades ni la instalación de cámaras han frenado la ola delictiva que los mantiene en zozobra.
Un reciente caso ocurrido en el barrio reactivó la alarma colectiva: varios jóvenes intentaron ingresar a la vivienda de un vecino para robarlo. Al resistirse, el hombre fue brutalmente golpeado y herido con machete. Horas más tardes, su hijo salió en su defensa y, minutos después, fue perseguido junto a un amigo por otros sujetos armados. El herido permanece hospitalizado tras una cirugía de urgencia.
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Los residentes insisten en que las cámaras de videovigilancia instaladas en la zona no funcionan. Una de ellas, ubicada en la esquina conocida como NN, permanece dañada, según confirmaron testigos y autoridades locales. “¿De qué sirve tener cámaras si están inservibles y no hay un seguimiento?”, cuestionan los vecinos.
A pesar del despliegue anunciado por el brigadier de la Policía y el secretario del Interior, los patrullajes han sido esporádicos.
Durante la más reciente agresión, los vecinos llamaron repetidamente a la línea de emergencia. La patrulla llegó más de dos horas después del primer aviso. Solo tras la intervención de periodistas de Nación Costeña se logró una respuesta institucional.
La comunidad ha participado en reuniones con entidades distritales, sin obtener soluciones concretas. Cuestionan la falta de inversión en programas sociales y preventivos para jóvenes, en medio de un contexto donde la criminalidad encuentra terreno fértil ante la ausencia del Estado.
Mientras la Alcaldía de Cartagena insiste en que más de 80 cámaras están operativas en la ciudad, la situación en Olaya demuestra una desconexión entre los anuncios oficiales y la realidad que enfrentan los barrios más afectados por la violencia urbana.
