Algunos expertos del sector salud colombiano alertaron que los problemas que presentaba actualmente el sistema, además de ser financieros, tenían que ver con la parte operacional.
Augusto Acosta destacó que en los últimos años el sistema de salud había tenido un aumento significativo de los usuarios y los servicios que eran solicitados anualmente, un hecho que, dadas las condiciones actuales, deterioraba continuamente la sostenibilidad del sistema.
Acosta señaló que desde el año 2020, cuando fue declarada la pandemia por el covid-19, el sistema de salud colombiano había registrado un aumento considerable en el número de afiliados, situación que superaba las capacidades logísticas del mismo.
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Además de esta situación, el índice de envejecimiento y población mayor de 65 años también había tenido un incremento, pasando de 36,6 en el 2018 hasta un 47,1% en el 2024.
“Tenemos que pensar en 50 millones de afiliados que generaban mensualmente de 12 a 14 millones de facturas. Cada factura podía tener en promedio entre 12 a 15 servicios prestados por factura”, alertó Augusto Acosta.
“Los recursos que destinábamos al sistema de salud eran insuficientes, pero la gestión de los procesos operacionales también lo era”, añadió Acosta.
Por su parte, Jonatthan García Ruiz, consultor en temas de salud y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes, destacó que en ese momento más de la mitad de los afiliados del sistema de salud estaban en manos de las EPS intervenidas, lo que aumentaba la responsabilidad del Gobierno en la crisis actual.
“El 60% de los colombianos estaba en EPS intervenidas; el Gobierno debía tener claridad sobre las necesidades del sistema”, indicó Jonatthan García.
En ese sentido, la única solución a la vista, según los analistas, era la inyección de recursos, pues sin garantías para la sostenibilidad del sistema no se lograría implementar ningún tipo de transformación que buscara cambios en un esquema deteriorado.
De Colprensa
