Tras sus inolvidables conciertos en su ciudad natal, Barranquilla, la decepción de sus seguidores por la cancelación en Medellín, la expectativa creció por sus dos shows en Bogotá.
Conciertos programados para este miércoles y jueves de esta semana, pero desde la noche del martes muchos de sus más fieles seguidores llegaron a inmediaciones del estadio, que pronto entrará en una profunda remodelación, para hacer fila y ser los primeros en las localidades más cercanas al escenario y a la extensa pasarela que parecía meterse entre los miles de asistentes.
Un buen clima los acompañó al no ser una típica madrugada helada capitalina, donde el cielo amagó con lluvia pero se arrepintió, tan solo una ligera brisa que asustó a más de uno que de inmediato sacaron sus carpas.
Algunos fueron en grupo y realizaron turnos, mientras que en la mañana del miércoles, a más de 12 horas del inicio del show, algunos aseguraron que inescrupulosos estaban vendiendo cupos en la fila, a altos costos, pero fue algo que no pudo ser comprobado.
El día fue caluroso y entre vendedores de todo tipo de souvenirs de Shakira, comidas rápidas y la infaltable cerveza, las puertas fueron abiertas a las cuatro de la tarde. Algunos, ya cumplían 22 horas de paciente fila, y aún les esperaba más de seis tan solo para el inicio del show.
Quienes tenían la misión de lograr las primeras filas de las localidades más cercanas al escenario sabían que debían dosificar sus fuerzas para aguantar la nueva espera dentro del estadio de pie, con todas las energías dispuestas y una vejiga entrenada, porque quien se mueve sencillamente pierde el puesto.
Dentro del público había de todo, hasta despedidas de solteras, las novias con su legión de amigas listas para entregarlo todo, a la espera que entre tanta canción de despecho que Shakira presenta en escena, no se vaya a arrepentir.
El 10:15 p.m. fue la hora exacta en que las luces se apagaron y Shakira con sus bailarines recorrieron parte del estadio mientras su público se emocionaba hasta las lágrimas.
“¡Qué felicidad estar en mi país y más en esta ciudad donde se empezaron a realizar mis sueños con ‘Pies Descalzos’ y aquí cerré ‘El Dorado Tour’! Aquí vuelvo a ser feliz otra vez”, fueron las palabras del artista en un concierto con más de 30 canciones por los últimos 30 años de carrera musical.
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Durante dos horas y quince minutos, un recorrido vital por lo mejor de su música, con momentos emotivos como cuando interpretó ‘Acróstico’ y sus hijos aparecieron en la pantalla gigante, así como la espectacularidad de sus cambios de vestuario.
Un ‘Chantaje’ versión salsa y una de las canciones más coreadas en esta gira que apenas arranca, ‘Soltera’, un himno al amor propio, hicieron vibrar a todo el estadio.
Todo esto con un cierre donde no podía faltar el mundialmente famoso ‘Waka waka’, y para el final, una ‘Loba’ gigante para la canción del mismo nombre en el cual debió cambiar de micrófono por algunas fallas, las únicas del show, y un fin con su canción con Bizarrap (Shakira || BZRP Music Sessions #53).
A la salida, ya se podían ver en los alrededores del estadio algunas carpas de los fanáticos de Shakira que estaban listos para realizar la larga espera para disfrutar del segundo show de la artista barranquillera en el mismo escenario en el estadio El Campín.
De Colprensa para Nación Costeña.