La Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria) lanzó una advertencia directa tras el anuncio del incremento del salario mínimo para 2026, al señalar que el ajuste presiona la inflación, afecta el empleo formal y podría obligar a subir las tasas de interés en el corto plazo.
De acuerdo con el gremio financiero, el salario mínimo cumple la función de piso legal para los trabajadores formales, pero cualquier aumento debe responder a criterios técnicos de productividad, inflación y mercado laboral. Asobancaria sostuvo que el incremento aprobado superó estos parámetros y generó riesgos macroeconómicos.
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Las cifras del DANE refuerzan la alerta: 11,4 millones de personas, equivalentes al 49 % de los ocupados, ganan menos de un salario mínimo y lo hacen, en su mayoría, en condiciones de informalidad. Solo 2,4 millones de trabajadores, el 10 %, reciben exactamente un salario mínimo. Además, en el último año 1,2 millones de personas pasaron a ganar menos del mínimo, mientras 1,3 millones dejaron de percibirlo, lo que evidencia un deterioro del empleo formal.
Según cálculos del gremio, cada punto porcentual de aumento del salario mínimo por encima de los criterios técnicos eleva la inflación entre 10 y 16 puntos básicos. Con un incremento del 22,7 % en la base salarial para 2026, el impacto inflacionario podría ubicarse entre 165 y 263 puntos básicos, lo que reduce el margen de maniobra del Banco de la República y abre la puerta a alzas en la tasa de política monetaria durante el primer semestre del año.
Asobancaria advirtió que este escenario endurece las condiciones de financiamiento para hogares y empresas, afecta el acceso al crédito, limita decisiones como comprar vivienda, invertir en educación o emprender, y eleva los costos laborales, lo que desincentiva la contratación y expande la informalidad.


