Santa Marta, la joya del Caribe colombiano, se prepara para conmemorar sus 500 años de historia en 2025, ofreciendo a los visitantes una experiencia inmersiva en su rica herencia ancestral, natural y cultural. La ciudad, que ha sido testigo de cinco siglos de transformaciones, promete a los viajeros una conexión profunda con su pasado y su entorno, integrando elementos históricos, naturales y culturales en cada rincón.
Una historia viva para contar
Las grandes ciudades del mundo tienen historias que contar a sus visitantes. Santa Marta, a través de la ‘Narrativa Ciudad de Santa Marta’, una estrategia impulsada por la administración local, busca crear un relato único para quienes lleguen en el próximo año. Con esta iniciativa, los operadores turísticos serán los encargados de compartir la historia de una ciudad que ha evolucionado desde su rica herencia indígena hasta convertirse en un destino turístico global. El objetivo es ofrecer una experiencia completa que permita a los turistas sumergirse en los 500 años de historia de Santa Marta.
Un destino con todo para ofrecer
Santa Marta tiene todos los ingredientes para destacar como un destino de turismo natural, ancestral, gastronómico y cultural. Entre sus principales atractivos se encuentran sus playas, su sol radiante, la biodiversidad de la Sierra Nevada y su proximidad al mar Caribe. “Estamos trabajando para posicionar a la ciudad como una potencia en turismo sostenible, destacando sus riquezas naturales y culturales”, afirmó José Domingo Dávila Morales, director del Instituto Distrital de Turismo (Indetur).
Impulso a la proyección internacional
La meta es hacer de Santa Marta un referente global en el mapa turístico. En 2024, la ciudad participó en ferias internacionales como el Seatrade Cruise Global 2024 y WTE Miami en colaboración con ProColombia, lo que ha permitido reforzar su presencia como un destino competitivo y sostenible en el ámbito mundial.
Fortalecimiento de las rutas naturales
Una de las principales estrategias turísticas es fortalecer las rutas que conectan la Sierra Nevada con las playas de Santa Marta, promoviendo un turismo responsable que respete el medioambiente y empodere a las comunidades locales. Estas prácticas, que reflejan el compromiso de la ciudad con la sostenibilidad, han generado gran interés entre los viajeros internacionales, quienes buscan experiencias auténticas y respetuosas con la naturaleza.