El nombre de Wílmar Mejía era un total desconocido hasta hace un par de días, pero se volvió relevante luego de que fuera mencionado en el informe de Noticias Caracol que puso al descubierto una supuesta infiltración de las disidencias de «Calarcá» en el gobierno de Gustavo Petro.
En ese reporte salió a la luz su nombre y su vínculo como funcionario de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), cargo desde el que presuntamente reveló información militar privilegiada a las disidencias.
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Tras las acusaciones, Mejía rompió su silencio y, a través de un comunicado público, rechazó los señalamientos en las que lo relacionan con las disidencias.
“Quiero ser absolutamente claro: jamás he recibido instrucción del señor Presidente de la República, ni del director general de la Dirección Nacional de Inteligencia, ni de autoridad alguna para sostener reuniones con personas al margen de la ley, dentro o fuera del país”, señaló.
Precisó que su función al interior de la Dirección Nacional de Inteligencia no tiene que ver con operaciones militares y operativas, por lo que negó haber compartido información de inteligencia con grupos criminales, gestionar empresas fachada o permisos de seguridad privada, facilitar armas, municiones o explosivos y promover pactos entre la Fuerza Pública y grupos al margen de la ley.
Mejía justificó que estas denuncias serían producto de retaliaciones dentro de las fuerzas militares, al señalar que ha detectado redes ilegales de tráfico de armas, municiones y explosivos dentro de esa entidad y eso “ha generado molestias”.
“Resulta preocupante que voces con intereses claramente contrarios a la transparencia y a la depuración institucional pretendan ahora instrumentalizar información fragmentada y no verificada para construir un relato que no corresponde a la realidad”, aseguró.
Finalmente, Mejía aseguró que confía en las autoridades competentes y expresa su disposición al escrutinio, a las investigaciones internas y externas, y a cualquier requerimiento de las entidades competentes.
De Colprensa
