La Clínica Foscal, ubicada en la zona metropolitana de Bucaramanga, suspendería de manera temporal la recepción de nuevos pacientes a las listas de espera para la realización de trasplantes renales y de médula ósea, debido a la interrupción sostenida en la entrega de medicamentos inmunosupresores, por parte de varias aseguradoras del país.
La gerente médica del Centro de Cáncer y del Centro de Trasplantes, Alexandra Becerra Silva, explicó que la situación se evidenció desde abril de 2024 y se agravó durante este año, al punto de generar rechazos de injerto, reingresos hospitalarios y complicaciones clínicas evitables en pacientes trasplantados.
“Estos medicamentos son vitales, no son opcionales. Incluso una interrupción breve pone en riesgo inmediato la estabilidad clínica del paciente trasplantado”, afirmó.
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La especialista precisó que el problema no se relaciona con una escasez nacional de inmunosupresores, sino con fallas en la entrega ambulatoria que deben garantizar las EPS, a través de sus dispensarios. Según indicó, se presentaron retrasos reiterados, entregas parciales y, en algunos casos, ausencia total del medicamento.
La afectación se extendió a los dos programas de trasplante de la institución. En el caso renal, la clínica mantuvo en seguimiento a 430 pacientes postrasplantados, incluidos 103 procedimientos realizados entre 2024 y 2025. En trasplante de médula ósea, el programa, activo desde 2009, atendió a 620 pacientes, de los cuales más del 80 % enfrentó dificultades para acceder a su tratamiento inmunosupresor.
Becerra señaló que las mayores fallas se concentraron en la Nueva EPS, especialmente en pacientes de Norte de Santander y Arauca, donde “la afectación es prácticamente total”, y reportó un deterioro significativo en Fiduprevisora, mientras que otros aseguradores presentaron incumplimientos de menor magnitud.
Aunque la clínica no registró fallecimientos atribuibles de forma directa a la falta de medicamentos, sí documentó pérdidas de injerto en pacientes renales que debieron regresar a diálisis tras no recibir sus dosis oportunamente. “Muchos pacientes hacen esfuerzos desesperados para comprar mínimas dosis con sus propios recursos, pero son medicamentos de alto costo y no es sostenible para ellos”, explicó.
La directiva sostuvo que la situación no fue exclusiva de la Foscal y se replicó en instituciones trasplantadoras de todo el país, como consecuencia de problemas en el flujo de recursos desde las EPS hacia proveedores y prestadores. “Estamos ante un círculo vicioso: los dispensarios limitan entregas porque no reciben pagos, la cartera crece y el paciente queda desprotegido”, advirtió.
Ante este escenario, el equipo médico abrió un debate ético sobre la continuidad de los programas. “Nos preguntamos si es responsable seguir ingresando pacientes a lista de espera cuando no hay certeza de que recibirán los medicamentos que garantizan la supervivencia del injerto”, señaló Becerra, quien indicó que, por ahora, la institución mantuvo los trasplantes activos dada su importancia vital.
La Foscal informó que agotó los canales con las aseguradoras, acompañó a los pacientes en acciones legales y notificó la situación a autoridades de salud y asociaciones científicas, como la Asociación Colombiana de Trasplante de Órganos, que elevó alertas a nivel nacional.
De Colprensa
