La elección de César Gaviria como director único del Partido Liberal desató una oleada de críticas y tensiones en la convención de Cartagena. A pesar de las protestas, el expresidente se alzó con 582 votos sobre 749 posibles, derrotando al exministro del Interior, Luis Fernando Velasco, en un proceso cuestionado por varios sectores del liberalismo.
Una de las irregularidades señaladas durante la acalorada jornadas estuvo relacionada con que salvo Gaviria, ninguno de los otros candidatos pudo exponer su plan de trabajo, lo que puso al resto de postulantes en una evidente desventaja.
Desde temprano, un grupo de manifestantes se apostó en la entrada del Centro de Convenciones, denunciando presuntas irregularidades en el ingreso y exigiendo transparencia.
#Atención🚨🚨 En medio de una acalorada discusión, @CesarGaviria_T fue elegido como director único del @PartidoLiberal. El expresidente obtuvo 582 votos de 749 posibles. pic.twitter.com/qmxMCB25lD
— Nación Costeña (@CostenaNacionX) October 31, 2024
Los medio independientes y locales fueron “ninguneados”. Aunque la convención inició en horas de la mañana, solo hasta pasadas las 3:00 de la tarde se permitió el ingreso al recinto de los periodistas de med
Lluvia de críticas
Las voces críticas dentro del partido ya habían advertido sobre la falta de garantías y el diseño del mecanismo de votación, que muchos percibieron como favorable para la reelección de Gaviria.
La jornada estuvo marcada por acusaciones de inequidad y una gestión poco transparente, además de la implementación de un sistema electrónico de votación que sembró dudas entre los asistentes.
En el salón principal, la tensión escaló hasta los golpes. Algunos inconformes, frustrados por el sistema de votación y la imposibilidad de un diálogo abierto, intentaron resolver sus diferencias de manera física, obligando a la Policía a intervenir para evitar mayores conflictos.
En medio de esta tormenta política, la figura de César Gaviria se erige como símbolo de una era de transformaciones en el Partido Liberal.
Desde su mandato en la presidencia de Colombia en los años 90, Gaviria ha tenido un rol influyente en las decisiones y reformas internas del partido.
Sin embargo, su liderazgo también ha generado profundas divisiones y críticas, especialmente por su estilo centralizador y el prolongado dominio que algunos sectores consideran como una barrera para la renovación del liberalismo.
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