El alcalde de Cartagena, Dumek Turbay, ha generado controversia al pedir a un periodista que no publicara un video que lo compromete, al reconocer en una protesta que realizaban padres de familia, que se dio lugar en la Plaza de la Aduana. Su incompetencia frente a algunos temas de educación, y aunque muchos decidieron no hacerlo, su accionar ha levantado críticas. Esta solicitud de que no lo publicaran y de censura es un claro ejemplo de cómo algunos politiqueros intentan controlar la narrativa y evitar la rendición de cuentas ante la ciudadanía.
La libertad de prensa es un pilar fundamental de la democracia, y los medios de comunicación juegan un papel crucial en la fiscalización del poder público. Cuando un político intenta silenciar a la prensa, está socavando la confianza en las instituciones y poniendo en riesgo la transparencia y la accountability (rendición de cuentas)
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Pero eso no es todo. El burgomaestre de Cartagena, Dumek Turbay, ha demostrado una preocupante desconexión con la realidad educativa de la ciudad. Su falta de conocimiento sobre los temas que aquejan a los estudiantes y docentes es alarmante. Y para empeorar la situación, el secretario de Educación prometió entregar 195 becas a estudiantes, pero solo alcanzó a otorgar 100. Eso en la institución educativa Colegio Moderno del Norte. La ciudadanía se pregunta si se trata de una falta de recursos, de una promesa incumplida o simplemente de un acto de corrupción o nepotismo, tal como quedó en evidencia en el video que el mandatario no quería que publicaran.
La pregunta es, ¿por qué un político como el alcalde cree que puede decidir qué se publica y qué no en medios locales o redes sociales? ¿No entiende que su función es servir a la ciudadanía y no controlar la información? La respuesta es clara: la falta de transparencia y la opacidad en la gestión pública pueden tener consecuencias graves para la democracia y la confianza en las instituciones.
En un sistema democrático, los políticos deben estar dispuestos a rendir cuentas y a someterse al escrutinio público. La censura y el control de la información son herramientas autoritarias que no tienen cabida en una sociedad democrática. La ciudadanía tiene derecho a saber qué sucede en su ciudad y a exigir que sus gobernantes actúen con transparencia y honestidad.
Columna de opinión.