Hace 16 años, Morgan Freeman y Matt Damon, bajo la dirección de Clint Eastwood, llevaron al cine la historia real de cómo Nelson Mandela utilizó la selección de rugby para unir a Sudáfrica en los primeros años tras la abolición del sistema segregacionista del apartheid.
Ahora, pero dentro del género de las series, ya se encuentra disponible en Disney+ una historia con este deporte nuevamente como protagonista y como una herramienta en la búsqueda de la resocialización, esta vez, entre la población privada de la libertad.
Se trata de ‘Espartanos’, una historia real que sucedió hace algunos años en Argentina, y que ahora ha sido llevada al formato de la serie, con varias licencias dramáticas como suele suceder, pero que narra la esencia de presos que dejaron atrás sus diferencias e incluso vicios, para apostarle todo el rugby y llenarse de esperanza y fe frente a un próximo futuro en la libertad.
Un grupo de presos, una pelota de rugby prestada y una idea capaz de transformar vidas. Esa es la esencia de ‘Espartanos, una historia real’ que se desarrolla en tan sólo ocho capítulos.
LA VIDA REAL
La serie realizada por Pegsa, escrita por Andrés Gelós y Pablo Gelós, y dirigida por Sebastián Pivotto, está inspirada en la historia del abogado penalista y exjugador de rugby Eduardo ‘Coco’ Oderigo (interpretado por Guillermo Pfening), quien en 2009 dio vida a ‘Los Espartanos’, el primer equipo de rugby carcelario de la Argentina surgido en la Unidad Penal No 48 de la localidad bonaerense de San Martín, y cuyo modelo hoy en día es replicado por voluntarios y diferentes organizaciones aliadas en 68 unidades de Argentina, Chile, El Salvador, España, Kenia, Perú y Uruguay.
‘Coco’ es un abogado penalista, trabajó en el Poder Judicial durante 15 años y jugó al rugby en el San Isidro Club (Buenos Aires) desde los 9 hasta los 35 años. En 2009, Coco visitó por primera vez el complejo de máxima seguridad de San Martín y decidió que mediante el rugby podía ayudar por lo menos a una persona privada de su libertad a que no reincidiera. Días después, volvió con una pelota y entrenó a unas 10 personas, dando paso a la creación del equipo: ‘Los Espartanos’.
La idea nació de su convicción de que el deporte, y en particular los valores del rugby, podían servir como una herramienta de reinserción para personas privadas de la libertad.
Con su forma de acompañar en las cárceles, con alegría y buen humor, ha encontrado una llave para abrir puertas y tender puentes entre mundos que muchas veces no se tocan, descubriendo que detrás de cada persona hay virtudes por revelar, que todos merecen una segunda oportunidad.
Para Pablo Gelós y Andrés Gelós, los autores de la serie, y Sebastián Pivotto, el director, la puerta de entrada al universo de ‘Los Espartanos’ fue a través de ‘No permanecer caído’, el libro escrito por Federico Gallardo que relata los orígenes del equipo de rugby. A partir de ahí, la dupla autoral y el director fueron adentándose aún más en la singular historia mediante conversaciones periódicas con Oderigo y con ex-Espartanos, quienes compartieron anécdotas, sensaciones y reflexiones acerca de los acontecimientos de 2009 y todo lo que fue sucediendo desde entonces. Junto a ellos, el equipo creativo también visitó en varias ocasiones el penal No 48, donde conversaron con la policía penitenciaria y las autoridades de la unidad. Además, ahí tuvieron la posibilidad de participar de las reuniones de ‘Los Espartanos’ que se llevan adelante cada viernes y les permitieron abrir los ojos al ‘sentir espartano’.
“También viví la experiencia de viajar junto a ellos dentro del micro penitenciario que los traslada a los partidos fuera de la prisión, donde pude verlos en acción con sus familias fuera de los muros. Todas esas experiencias están reflejadas en cómo manejé la estética y las puestas de escena de la serie”, agrega Pivotto. Poco a poco, el vínculo con los protagonistas reales de la historia se fue haciendo cada vez más estrecho, lo que les permitió captar la esencia de los personajes y el verdadero espíritu del proyecto.
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La cárcel que ve nacer a ‘Los Espartanos’ en la ficción es la misma que albergó y alberga los acontecimientos en la vida real, desde los entrenamientos de rugby de los martes hasta la conmovedora misa de los viernes. Para el equipo, haber filmado en la locación original aportó un condimento especial tanto delante como detrás de cámara. Por un lado, le imprimió autenticidad al relato. Por otro, conectó a los equipos creativos con el espíritu único de ‘Los Espartanos’ y el transcurrir diario de su tarea.
La cárcel de máxima seguridad de San Martín, provincia de Buenos Aires, no sólo es la sede del equipo Espartano más antiguo, sino también donde funciona el modelo de integración de la Fundación Espartanos. Hoy el complejo cuenta con: 155 jugadoras, 544 jugadores, 355 voluntarios, 835 colaboradores del Servicio Penitenciario (SP), 12 pabellones, 2 canchas de césped sintético, 2 aulas multifuncionales, 1 aula de informática, 1 auditorio y 2 gimnasios.
Para garantizar el compromiso con los hechos reales, la ‘presencia espartana’ fue constante durante el rodaje. “Coco casi siempre estuvo con nosotros y realmente fue un baluarte a la hora de mantener la verosimilitud y el respeto por la historia que teníamos que contar”, señala Pivotto. El creador de ‘Los Espartanos’ conversó extensamente con los autores de la serie y con el director, al tiempo que abrió las puertas de su fundación.
A fin de retratar adecuadamente el mundo del rugby, la serie contó con Agustín Pichot, exjugador argentino de rugby, como productor ejecutivo, junto con los exjugadores de Los Pumas, Juan Leguizamón y Javier Ortega Desio.
De Colprensa para Nación Costeña.