Hombres y mujeres de distintas edades fueron asesinados y torturados; hechos horrendos que el país no puede olvidar y mucho menos politizar de manera ruin y baja. A los jóvenes de Soacha los mataron de manera cobarde, y luego los hicieron pasar por combatientes de las guerrillas “eran terroristas” Repetía el gobierno de turno. Estos delitos despiadados son terribles y las Fuerzas Militares fueron culpables; los militares confesaron y, arrepentidos, pidieron perdón, esperando que nunca más en una democracia como la nuestra volviera a pasar un acto tan cobarde y ruin.
Y la realidad es que pasó. El representante a la cámara Miguel Polo Polo agarró el símbolo que las madres de los desaparecidos y torturados, perjudicados por el Estado, habían creado y lo tiró a la basura. Se trataba de un acto para conmemorar el infame asesinato de estos jóvenes y recordarle al país que nunca más se repetirían estos hechos inhumanos, pero el congresista lo desestimó. Salió sonriente en un video y pisoteó el legado de los asesinados. Polo Polo se equivoca; no serán 100 botas pintadas, volverán mil y mil más. El país no puede olvidar las masacres, ni los asesinatos, ni los desaparecidos, ni los crímenes del Estado.
¿6.402? Van 154 líderes sociales masacrados este año en Colombia, ¡esta si es una cifra real! #FueraPetro pic.twitter.com/eeWxmgLdVZ
— MIGUEL ABRAHAM POLO POLO (@MiguelPoloP) November 6, 2024
Es imperativo que recordemos y honremos a los afectados de estos hechos horrendos. El recuerdo de aquellos que sufrieron y perdieron la vida debe permanecer vivo en nuestra conciencia colectiva. No podemos permitir que el tiempo borre la historia y que las lecciones aprendidas se pierdan.
La impunidad y el olvido son los mayores enemigos de la equidad y la reconciliación. Debemos asegurarnos de que los responsables de estos crímenes rindan cuentas y que los afectados y sus familias reciban la reparación y el reconocimiento que merecen.
La historia es un derecho fundamental que nos permite aprender del pasado y construir un futuro más justo y equitativo. No podemos permitir que políticos como Miguel Polo Polo, que se burlan de los afectados y pisotean su legado, nos lleven por el camino del olvido y la impunidad.
Es hora de unirnos y exigir que la realidad, la equidad y la reparación sean una realidad para todos los perjudicados por la violencia y el terror. No podemos permitir que el recuerdo de los afectados se desvanezca con el tiempo. Debemos mantenerlo vivo y luchar por un futuro en el que nadie tenga que sufrir lo que ellos sufrieron.