En plena 59ª Convención Bancaria de Asobancaria, celebrada en Cartagena, el ministro del Interior, Armando Benedetti, y la canciller Laura Sarabia protagonizaron un momento que pocos esperaban: un abrazo y un beso en la mejilla tras meses de confrontación pública.
El gesto, ocurrido ante la mirada de empresarios, periodistas y dirigentes políticos, encendió las especulaciones sobre una posible reconciliación entre ambos funcionarios, enfrentados desde 2024 por una disputa que escaló hasta la Fiscalía.
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Meses pasados, Sarabia presentó pruebas en su contra en el marco de una investigación por presunto abuso de poder y tráfico de influencias. Sin embargo, Benedetti restó importancia al tema cuando fue consultado sobre el avance del proceso:
“Ella puso fue una denunciao”, respondió con evidente desdén.
El ministro optó por concluir con una frase ambigua: “Hasta ahora, amigos. Bueno, por hoy sí. Déjame dormir así”, dijo con una sonrisa, dejando abiertas múltiples interpretaciones sobre el futuro político de ambos.
Este sorpresivo reencuentro ocurre en un contexto de alta tensión institucional, donde cada gesto cobra relevancia.