El Senado le dio un golpe certero al Gobierno al hundir la Consulta Popular promovida como bandera política del presidente Gustavo Petro. La derrota, ajustada y cargada de controversia, estalló en medio de acusaciones de fraude, presuntas maniobras de la mesa directiva y la ausencia de votos claves, entre ellos el de Martha Peralta, senadora del Pacto Histórico.
La plenaria se tornó tensa y breve. La votación no superó los dos minutos. La oposición celebró. El oficialismo acusó jugadas oscuras. En el ojo del huracán quedó Peralta, cuyo voto, según el ministro del Interior Armando Benedetti, habría sido definitivo para evitar el colapso del proyecto.
Desde su cuenta de X, la senadora rompió el silencio con duras acusaciones:
“No hubo garantías para la votación de la #ConsultaPopular por parte de la mesa directiva. La votación no duró ni dos minutos, aún sabiendo que en el punto anterior varios senadores nos habíamos declarado impedidos y habíamos dejado constancia del retiro del recinto. Nos hicieron sus ‘jugaditas’. Esto es un verdadero fraude, ya tenían todo orquestado. La única salida es la movilización en las calles y la huelga”, afirmó.
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Pero su explicación no calmó los ánimos. Por el contrario, desató una ola de críticas en redes sociales. Usuarios le reprocharon su reciente visita a París y le cuestionaron su ausencia en una de las decisiones más importantes del Gobierno:
“Para estar en París sí tenía tiempo, pero no para ir a votar la Consulta Popular de la gente”, replicaron con vehemencia.
Mientras tanto, Benedetti grabó un video donde denuncia posibles irregularidades. Aseguró que al menos cuatro senadores no pudieron votar y que se habría alterado un voto a favor del “Sí”.
“Habríamos estado 48-48”, aseguró, responsabilizando directamente la ausencia de Peralta.
La oposición no dejó pasar la oportunidad para rematar con ironía. En pleno recinto, la senadora uribista María Fernanda Cabal lanzó su ya célebre:
“Trabajen, vagos”.
Horas antes, Paloma Valencia ya había dejado caer una advertencia que terminó pareciendo profética:
“El que madruga, Dios le ayuda”.
El Pacto Histórico ahora enfrenta un vendaval político. No solo perdió la consulta, sino que también debe lidiar con una fractura interna que amenaza con debilitar aún más su unidad legislativa. La oposición, en cambio, celebra lo que ya califica como una “derrota simbólica” para el proyecto Petro.
